CLUB DE LECTURA
Cronicas de ....
19 DE ABRIL DE 2016
Reseña de la sesión dedicada a EL AÑO DEL DILUVIO de Eduardo Mendoza
31 DE MARZO DE 2016
El moderador, previsor él, inició la reunión con recuerdo preventivo: el respeto en el .... Leer más
16 FEBRERO DE 2016
Reseña de la sesión dedicada a EL CHINO de Henning Mankell
Una cinta roja y dos bloques temáticos bien diferenciados y no necesariamente complementarios. Tampoco compactos, cerrados. Y sin prelación, no se habló primero de todo uno y luego de todo otro, las sucesivas intervenciones alternaron hacia cada cual a lo largo de la reunión. Incluso en una misma intervención se establecían distingos, esto para China y esto para la novela. Ecce la sesión. .. Leer más
2 DICIEMBRE DE 2016
Reseña de la sesión dedicada a EL DIOS DE LA PEQUEÑAS COSAS de Arundhati Roy
Los efectos beneficiosos de un Club de Lectura. Sesión de paradigmas: actitud convergente, disposición personal, instrumento percutor y onda expansiva.
Quizás la intuición del moderador llegaría alertada, comenzó por una concesión capital: un libro denso, difícil. No, no se trataba de la clásica estrategia “do ut des” -al menos, no lo pareció-, sino de compartir una sensación. Convergencia de asentimiento en los rostros de los asistentes..... leer más
29 DE NOVIEMBRE DE 2016
Reseña de la sesión dedicada a AL MORIR DON QUIJOTE de Andrés Trapiello
Es que uno no sabe si comenzar por la realidad ambiente resultante o, soslayándola un poco, acometer de principio la vasta consistencia analítico-intelectual que a
duras penas se batía contra un verso suelto quizás hasta insufrible. Sesión, pues, de género particular.
El común de la reunión, en su línea, se aplicaba al diagnóstico lato y neto ....LEER MÄS
12 DE NOVIEMBRE DE 2016
Reseña de la sesión dedicada a EL BAILE DE LA VICTORIA de Antonio Skármeta
El embrujo de un título. Durante la reunión se aludió al juego de ambigüedad del título de la novela. Baile de quién o de qué, ¿del interpretado por el personaje de Victoria?, ¿del golpe-atraco de los protagonistas?, ¿de éstos sólo o de los personajes en general?, ¿del triunfo político?
La respuesta quedaría en el aire, como otras sospechas, pero baile baile como tal, haberlo, lo hubo y mucho a lo largo de toda la sesión. Fragoroso, melódico, atropellado, controvertido, entreverado, con ritmo.... leer más
08 DE AGOSTO DE 2015 Reseña de la sesión dedicada a LA ORILLA de Rafael Chirbes
27/05/2015 Reseña de la sesión dedicada a EL MUNDO DE AYER de Stefan Zweig
7 DE MAYO DE 2015
Reseña de la sesión dedicada a HEADHUNTERS de Jo Nesbo
Reticencias, escepticismo, inferencias, ambigüedades, intertextualidad, reproches, concesiones, debate, debate. Una sesión profusa.
La peculiaridad de la novela, negra pero escatológica y hasta gore en algunos pasajes, suscitaba suspicacias en los estados analíticos de los asistentes. Hasta el punto de que en algún momento se preguntaron lo .... Leer más
16 DE MARZO DE 2015
Reseña de la sesión dedicada a LA CONJURA DE LOS NECIOS de John Kennedy Toole
La gráfica de la sesión muestra una línea de tendencia más bien fría, que discurre a ras del eje de abscisas, pero sin valles y con algunos picos relevantes.
Como valoración de la obra en general se recurrió al término usual de `enganchar´: esta novela, o te .... Leer más
24 DE FEBRERO DE 2015
Reseña de la sesión dedicada a EL CORAZÓN DE LAS TINIEBLAS de Joseph Conrad
La sesión apuntaba a corta y delgada, por algunos comentarios intercambiados antes del comienzo. Y quedó palpable en cuanto se inició. La lectura de esta novela, aun avalada por el reconocido prestigio del escritor en el mundo literario, había generado entre estos lectores cierto desconcierto. En este clima, más de uno confesó sin complejos que había resistido hasta el punto final sólo por responsabilidad con .... Leer más
16 DE FEBRERO DE 2015
Reseña de la sesión dedicada a MADAME BOVARY de Gustave Flaubert
El desarrollo casi cabría escalonarlo .... Leer más
Así, se pasó casi de puntillas por la simplicidad narrativa. Propia, por otra parte, según se comentó, de los best seller (y este libro lo es): capítulos muy cortos, espacio reconocible, universal, la mujer como heroína y final emocionante. ¿A qué buscar mejor guión para esta reseña?
La historia de ... leer más
En el Blog, podrás publicar tu comentario
SÁBADO 29 DE NOVIEMBRE DE 2014
MARTES 25 DE NOVIEMBRE DE 2014
Una sesión de cocción a fuego lento, con resultado de plato exquisito.
Al principio quizás daba la impresión de que los asistentes acudían a la reunión un tanto cohibidos. Había que comentar una novela universal, de reconocida calidad literaria por toda la crítica, la especializada y la del lector avisado o accidental. El mismo autor ya la declaró en su momento como su mejor obra. Parecía como si los contertulios llegaran preguntándose si aún quedaría algo verdaderamente relevante que ... leer más
En el Blog, podrás publicar tu comentario
MARTES 11 DE NOVIEMBRE DE 2014
Elogio de un libro. Eso fue la sesión, nada menos. Donde cada intervención propiciaba desde el comienzo una suerte de realimentación del circuito de empatía de la tertulia con la obra. A pesar de que, en principio, diera la impresión de que los comentarios, opiniones y valoraciones se sucedían un tanto deshilvanados, como de saltos en el vacío. Pero no. Se trataba de una historia tan bien ensamblada que cada interpretación tenía su conexión subcutánea con la anterior, por diferentes que parecieran, en el hilo del elogio. Y así toda la sesión.
Una historia que, a juicio de los asistentes, escapaba a los moldes académicos de la clasificación literaria, o los sorteaba. Un hijo, narrador en primera persona, cuenta la historia su padre ....leer más
En el Blog, podrás publicar tu comentario
11 DE JULIO DE 2014
Una sesión entre adjetivos.
Entrañable, porque los comentarios circularon por esa esfera de los sentimientos. Lo que, sin embargo, no entorpeció ni coartó el nivel crítico que caracteriza a este Club de Lectura.
Desde el comienzo se ponderó el título mismo, acertado. Daba juego, creaba expectativas, su significado intencional lo iría aclarando la lectura de los sucesivos relatos. Aunque la pregunta inicial permanecía, permaneció: ¿neurótico?, ¿quién?, ¿cuántos?, ¿el autor?
El título abría las puertas del tema. Se antojaba la neurosis, la del libro, enfermedad o cosa difícil de acotar. Coincidían los asistentes en que todos tenemos neurosis, que no leer más
VIERNES 13 DE JUNIO DE 2016
A tal obra, tal sesión. Poliédrica. La calificación inicial que recibió la primera contagió a la segunda. Una novela con muchas caras, y cada una de ellas susceptible de varias interpretaciones. El autor invitaba a observar y reflexionar sobre actitudes y comportamientos de unos y otros personajes ante las mismas circunstancias. Y la reunión respondió cumplida y sobradamente a la invitación-envite.
El autor y su obra, el marco. Un escritor, miembro de una comunidad judía de emigrantes, aunque ateo. Y una
novela que, sin obviar su reflejo de la condición humana, adopta perspectiva existencialista y cuestiona la religión porque anula a las personas al inocularles el sentimiento de
culpa.
MARTES 20 DE MAYO DE 2014
Las intervenciones se sucedieron pespunteadas de silencios (que no de pausas). Intervalos preñados de disposición a compartir el objetivo del autor, conmover al lector.
MIERCOLES 26 DE MARZO DE 2014
Una sesión de cine. Por el inevitable correlato de esta novela negra americana, clásica, con el clásico cine negro americano (¿cómo sustraerse a la evocación?). Y porque, para afrontar género tan específico, la tertulia probó de nuevo su versatilidad, y su bagaje cultural -añádase según grado de convicción y vehemencia.
LUNES 17 DE FEBRERO DE 2014
JUEVES 6 DE FEBRERO DE 2014
31 DE DICIEMBRE DE 2013
Reseña de la sesión dedicada a CASTELLIO CONTRA CALVINO de Stefan Zweig
Aun a riesgo de pretencioso, la reunión anduvo muy cercana a la propia de un consejo de sabios que, curtidos en dialécticas mil, confluyen con el poso -poso- de los años en un remanso intelectual donde enjugar sus ideas. Y reconocerse y aceptarse como un puñado de pulmones alentando un mismo corazón. Sin arritmias, con cadencias de silencios y atención en el turno de palabra. El respeto que reclamaba el libro irradiaba cada intervención, y estimulaba la siguiente, y así hasta el final -que sobrepasó con creces el tiempo estipulado, tal era el nivel de afinidad (y de notas manuscritas, frases o reflexiones, que los asistentes trajeron a la reunión).
Las primeras consideraciones rondaron por el género literario, un híbrido entre el ensayo y la novela histórica. Imprecisión seguramente estratégica del autor, porque sitúa los hechos narrados en una espiral de ideas para llevar al lector al humanismo que defiende. Argumentos sólidos con el arma de una altísima calidad expresiva, propia de este escritor de primer orden. ..leer más.
En el Blog, podrás publicar tu comentario
31 DE OCTUBRE DE 2013
En el Blog, podrás publicar tu comentario
Tratándose de comentar una novela policiaca, aun a riesgo de caer en el tópico recurrente, la sesión discurrió en formato puzle, como si se mimetizara con la investigación de un crimen.
Las primeras intervenciones ya sonaban a una forma de justificación cercana a la indulgencia: autor joven, de algún modo representante de la nueva novela negra, muy leído y, sobre todo, traducido. El mérito trascendente.
Se añadió que los personajes quedaban en general bien definidos, reconocibles, y además algo así como pertinentes en este género narrativo.
Para llegar al botón de la muestra: la pareja de policías protagonista (uno más que otro, claro; según el canon de contrarios, distintos, enfrentados o complementarios al que la tradición literaria es tan proclive, amén de eficaz). Gallego versus aragonés. Personalidades contrapuestas por elevación genérica, se interpreta que para marcar distancias entre el carácter pausado y analítico del policía “jefe” (gallego) y el extremadamente impulsivo y hasta agresivo del ayudante-chófer (aragonés). Si el autor hubiera nacido en Teruel, por ejemplo, y no en Vigo…
No obstante, resultó que se trataba de una aproximación inicial. Pronto se incorporaron comentarios que apuntaban a la consideración de novela entretenida, sí, de fácil lectura, sí, con dotes de ingenio, sí, pero floja en cuanto a la estructura de la trama. Y aquí una primera derrama de argumentos:
La base de la investigación se centra en la intuición del policía protagonista, hasta el punto de que los lectores -al menos los de este Club- no resuelven la autoría del crimen mediante el desarrollo de los acontecimientos (como ocurre en la mejor y más consagrada literatura del género), sino a través de las elucubraciones del policía.
Se adivina pronto quién no es el asesino, a pesar de las pistas vertidas en el hilo narrativo. ¿Pasión?, ¿venganza?...
Conceptualmente hablando, no se aportan datos suficientes, además de sólidos, para motivar la decisión y consumación del asesinato. No, a tenor de los parámetros psicológicos-sociológicos descritos. La fórmula empleada para fundamentar el desenlace final se antoja una pirueta, un encaje apresurado del puzle, un exceso narrativo.
El fallo de la trama llegó a rubricarse cuando algún contertulio aseguró que salvo las últimas cuarenta páginas el resto se le hicieron tediosas.
A partir de aquí la tertulia pareció titubear, ¿no habría ido demasiado lejos en sus reparos? Y tanteó un cierto reequilibrio.
Nada mejor que volver al análisis de personajes. Primero, para ponderar el uso de la antítesis en el diseño de sus personalidades. Aparte de la ya aludida contraposición en la pareja de policías, los asistentes advirtieron otra quizás más sutil, menos evidente, más genérica, mujeres frente a hombres. Hay que precisar: los personajes femeninos coinciden en un perfil de carácter fuerte, valiente, tenaz (con independencia de la consideración moral que cada cual merezca), frente a la personalidad medrosa de los hombres -salvemos a los policías, claro-, cuyo ejemplo más patente y patético lo muestra el tal Freire muerto de miedo en el barco.
Especial atención mereció el inspector Leo Caldas (en alguna medida, trasunto del autor, según se comentó). Con un atractivo inicial, la fama por su protagonismo en un programa de radio dedicado a recibir denuncias de actos delictivos. Casuística cuando menos sorprendente en la novelística del género. Y acierto-hallazgo del autor en opinión generalizada de los asistentes, en tanto en cuanto proyecta desde tan, digamos, pintoresca actividad el liderazgo social y ético del personaje.
(Por cierto, aviso para el autor, detalle de error: los estudios de radio en ningún caso tienen comunicación directa con el exterior del edificio. Así que nada de ventanales a través de los cuales se contemplen escenas de niños jugando, etc.)
Lo novedoso no es el liderazgo como estereotipo de estos policías de novela, negra, sino el medio. Estereotipo que completa la figura del inspector con otro también propio de esta narrativa: profesionalidad veinticuatro-horas-al-día-trecientos-sesenta-y-cinco-días-al-año, incompatible con pareja estable (si acaso, evocaciones –una mujer llamada Alba- inexplicadas, gratuitas).
En lo tocante a personajes, también el inefable Estévez, ayudante de Caldas, pasó por el tamiz crítico de los tertulianos. En verdad, no demasiado. Sus arrebatos de homofobia apenas merecieron algún comentario de pasada. Seguramente porque las opiniones se concentraron en comparar con otras novelas del género: al contrario que en ellas, este adjunto apenas aporta intervenciones determinantes para el esclarecimiento del asesinato. Además, tampoco se entiende muy bien su relación con Caldas, o mejor, de Caldas con él, esa especie de protección que el inspector ejerce sobre el ayudante. ¿Quizás por el respeto que merece en la profesión la persona de Caldas? ¿Se desprende del carácter del inspector una autosuficiencia latente?
Y la reunión tocaba a su fin sin conclusiones rotundas. Los comentarios, un tanto exhaustos, volvían a la denuncia de temas o aspectos romos o carentes de justificación en la trama. Una trama exangüe. Sin bien, ornada con descripciones de encanto, del paisaje, gastronomía e idiosincrasia gallegos, y con la originalidad del recurso al diccionario en el comienzo de cada capítulo de la novela. Las últimas piezas del puzle.
Al final de la sesión, lógico, todo encaja, pero como en la novela, con premura y sin primor.
Ricardo Santofimia Muñoz.
En el Blog, podrás publicar tu comentario
Reseñas de la última sesión del Club de Lectura
En el Blog, podrás publicar tu comentario
Reseña de la sesión dedicada a INDIGNACIÓN de Philip Roth
Partamos de que la obsesión es sentimiento o tendencia de carácter persistente, una fijación tal que perturba la consciencia de la persona. No obstante, como su presencia en las manifestaciones del hombre es mensurable (desde ligeros atisbos hasta niveles clínicos), quizás convenga poner en cuestión el carácter nocivo que se le atribuye por definición.
Valga este preámbulo, quizás excesivo, para justificar y enmarcar este nuevo encuentro del Club de Lectura. Se desarrolló en el filo de la obsesión.
Las intervenciones iban y venían de un asunto a otro de la novela, desde la personalidad del autor hasta el final anunciado, pero siempre con parada en el protagonista, reflexión y tributo. Casi como una obsesión. En el protagonista estaba el mensaje.
Veamos. La sesión comenzó suave. Con primeros acercamientos como de tanteo. Por allí pasó el galardón del “Príncipe de Asturias” de este año al autor, así como la consideración de escritor típicamente americano (del Norte). También el tratamiento acertado de las tradiciones judías, destacando las descripciones, tan gráficas, del oficio de kosher (carnicero judío).
Asimismo, apareció en estos compases iniciales (pongamos primer cuarto de hora) el tratamiento de la sexualidad, otro rasgo de las preferencias temáticas del autor. Pasó entonces de puntillas, la conversación se desviaría pronto hacia la fluidez narrativa lograda con el uso de la primera persona.
Hasta que, tras comentar el acierto del título como leitmotiv de la trama, alguien apuntó a un hijo, qué importa recordar si propio o no, un hijo con perfil semejante en alguna inquietud o aspiración, ¿semejante a quién? No cabía esperar más: se pasó de la Indignación a la obsesión latente, el protagonista. ¡Quién como Marcus! Como si la reunión diera con el cauce, el foco se orientó rápidamente hacia nuestro personaje, se concentró, embelesado y potente.
El primer fogonazo, quizás con algún deje de melancolía, apuntó a su enfrentamiento con el decano, el posicionamiento, interpretado como ideológico, que esgrimió fundamentándolo en Bertrand Russell, la religión y la relación humanidad-memoria como eje. En el afán de destacar el pasaje llegó a precisarse la magia de las páginas 50-51 de la novela (claro, en el formato de su lectura). Casi faltó el aplauso, a Marcus.
Después la emoción continuó por la fatalidad del destino (el fátum griego), las consecuencias trágicas de algo en apariencia trivial: no haber seguido los consejos paternos. Un encadenamiento meramente circunstancial, del tipo causa-consecuencia, provoca el desenlace. Cuyo comienzo sitúa Marcus en la relación de amor-odio con su padre, que le llevaría a huir de él para alcanzar su realización personal y profesional. Aquí, los asistentes a la reunión se plantearon si, en realidad, la novela no describe y relata una personalidad socialmente inadaptada. Un lamento.
Y vuelta al enfrentamiento con el decano, ahora desde otro prisma. ¿Acaso Marcus no tenía objetivos muy claros? –mantener el nivel de estudios brillantes para ser abogado y librarse de ir a la guerra con Corea, donde moriría con toda probabilidad-. Y sin embargo, más allá de la proyección de sus estudios, apuesta por sus convicciones. Planteamiento contradictorio, o no, que queda en el aire, o mejor, en la atmósfera cuasiobsesiva que se respiraba.
Cuando a continuación se abordó la presencia del miedo en la novela, por un momento parecía que los asistentes se tomaban un respiro, como una necesidad de desintoxicación. Porque en la aproximación inicial el miedo semejaba un éter que afectaba a toda la trama narrativa, cual tema transversal. Miedo intelectual o emocional como método para oprimir, comprimir, subyugar a la sociedad. Pero, claro, a la hora de establecer las consecuencias, de pormenorizarlas y, sobre todo, de personalizarlas, el protagonista acaparó las intervenciones de los asistentes. La personalidad de Marcus no daba tregua. El chico, para perseverar en sus afanes, se sentía abocado a transigir, ceder al juego de las simulaciones, pagar por suplantarle en el oficio religioso, ardid que a la postre desencadenaría la tragedia final. Flujo de la obsesión.
Y reflujo, de sospechas: ¿acaso ese tratamiento del temor no responde a una tendencia conservadora del autor? (su misma nota histórica se presta a ambigüedad), ¿sería desmesurado establecer paralelismos con las mareas ideológicas actuales en España y el mundo? El mismo título, aun como contrapunto al análisis, es un referente. Indudablemente, el autor consigue la reflexión de los lectores; por supuesto, de todos los asistentes a esta reunión.
Esa suerte de obsesión por Marcus parecía remitir. Pero de nuevo éste tomó las riendas del tramo final. Se apreció un desequilibrio entre su madurez intelectual (bien probada) y la emocional, a la vez que actitud de héroe, si bien, muy humano en cuanto que la/su tragedia deriva de una concesión-trampa.
Y atención especial a sus cuitas sexuales, ahora sí. Para los asistentes, Marcus se debate entre el atractivo por la chica, que lo atenaza, y el rechazo cuando le cuentan otros comportamientos de ella. En el fondo, él apuesta por la relación, por eso descarta y hasta combate los comentarios que le llegan. Hasta que afronta la propuesta de la madre, chantaje emocional en toda regla (algo así como “tengo intención de divorciarme de tu padre, pero si tú renuncias a la chica, no lo hago”). Marcus accede. Queda en el ánimo de los contertulios si verdaderamente no anidaba en el chico una mentalidad conservadora.
Para que luego digan que la obsesión pertenece al catálogo negativo de la condición humana.
Ricardo Santofimia Muñoz
En el Blog, podrás publicar tu comentario
Reseña de la sesión dedicada a EL ALQUIMISTA IMPACIENTE de Lorenzo Silva
Parece como si el relativismo, esa corriente de pensamiento que ¿aqueja? la actualidad, se hubiera colado también en nuestra tertulia. A cuento principalmente del género narrativo en que encuadrar la obra en cuestión.
Los asistentes fluctuaron: quién defendió su pertenencia genuina a la novela negra, quién dudaba sobre tal denominación y se inclinó por un tono más gris, como aplicándole una especie de decapado, incluso se podría contemplar el azuloscurocasinegro que da título a cierta película.
Posiblemente el problema partiera de la consideración misma de novela negra. La lectura de esta obra se había propuesto desde tal postulado. Pero –suele ocurrir- cuando se empieza a matizar, la perspectiva es susceptible de modificación. El debate, aunque lejos de estridencias, estaba servido.
Veamos: en tanto que el nudo argumental se centra en la resolución de un asesinato con ribetes sórdidos y la actitud del inspector protagonista es de marcar distancias con los hechos, también con la tanda de sospechosos, cabe etiquetarla como novela negra, al menos en principio.
Pero, en cuanto predomina la lentitud en el desarrollo de la acción y el escenario sociológico adquiere particular relevancia, en detrimento de la trama y de la intriga, el pretendido negro queda, como mucho, en marengo.
El contraste de estas posiciones, vía relativismo, se mantuvo hasta el final, si bien en tono sutil y condescendiente.
Aunque no fue la única discrepancia. Un habitual del Club, por asistente interpuesto, transmitió sus dudas sobre la verosimilitud de las reflexiones del sargento Bevilacqua, que apuntarían a una madurez intelectual y humana impropia de una persona de treinta y seis años. Planteamiento que fue cuestionado, primero con la simple fórmula de dar la vuelta a dicha consideración, como a un calcetín: ¿cómo que a esa edad no se ha alcanzado un alto grado de madurez?, teniendo en cuenta además la preparación académica del personaje (licenciado en Psicología). Y segundo, destacando la importancia de su introspección en el desarrollo narrativo, una personalidad analítica que parte de sí mismo para trascender a lo profesional y al mundo que le rodea. Nuevo brote de relativismo.
Precisamente esa realidad social ha polarizado una parte sustanciosa de los comentarios. Los lectores se han empapado de ella, han percibido su proximidad, mediante la suma de dos recursos aparentemente antagónicos: el cierto distanciamiento con que la observa el protagonista (lejanía) y la narración en primera persona (cercanía).
Claro, posiblemente ahí se encuentre la clave sobre la generalidad de las opiniones vertidas: la trama criminal adolecía de profundización, en beneficio de la temática sociológica, que impregnaba todo el desarrollo del hilo argumental. La conexión de esta ficción novelística con la rabiosa actualidad se hacía insoslayable, tentadora hasta la claudicación.
La sempiterna capacidad de corrupción del dinero, la dialéctica en torno al uso de la energía nuclear, la prostitución y sus perfiles más humanos y tenebrosos y hasta la pervivencia de ciertos tics machistas, todo ello ha pasado por el tamiz de esta novela, desde el visor irónico del narrador (casi podríamos decir del autor, porque no parece actitud exclusiva del protagonista). Así lo han apreciado los asistentes.
También se agregó un aspecto no menos inquietante: la doble personalidad, doble cara, identidad reversible, de los personajes de esta ficción y, por extensión, del ser humano real. Pues, aunque se focaliza en Trinidad Soler, muy pocos personajes escapan a este criterio. Si acaso, la Guardia Civil en su conjunto (el autor ha recibido el correspondiente reconocimiento de esta institución) y Luis Dávila, el responsable, responsable, de la central nuclear.
Y para el final, el título. ¿Cómo? Sí, para el final. Ya lo apuntó un contertulio: leída la novela, la justificación y explicación del título se encuentra en el lapidario inicial, que describe el proceso de alquimia. Unos materiales se funden con otros, las historias de los personajes se funden entre sí, de cada cual consigo mismo y entre ellos, así como las aristas de la condición humana y del entorno social. El proceso es lento, de ahí la supuesta impaciencia en alcanzar su culminación, tanto de la investigación como de los lectores.
Incluso se añadió otra forma de alquimia: la novela, premiada con el Nadal en el 2000, parece una premonición sobre la reciente y turbulenta coyuntura sociopolítica (2013). El paralelismo con situaciones, actitudes y personas de la vida pública no puede ser más turbador.
Seguramente la fragua alquimista no anda muy alejada del relativismo que ¿aqueja? la actualidad. Descifrarlo, cuestión de paciencia.
Ricardo Santofimia Muñoz.
En el Blog, podrás publicar tu comentario
En el Blog, podrás publicar tu comentario
Personajes de ficción, claro; pero cercanos y entrañables (unos más que otros, desde luego). Empezando por el protagonista que, aun actuando como personaje-testigo, se integra en la realidad que bulle a su alrededor, y lo fascina y le aviva sentimientos, emociones y contradicciones. La misma condición humana que se aprecia en todos los demás.
En este sentido, poco extrañan los apuntes acerca de la personalidad de Franco, Queipo de Llano, Mola, Azaña o Alcalá Zamora, tratados con óptica desmitificadora.
Tratamiento similar recibe el personaje de José Antonio; aunque, por su mayor relevancia en la narración, parece ajustarse más a la verdad histórica en cuanto a sus presupuestos ideológicos. Las circunstancias de su vida privada se consideran aquí en clave de ficción, y por tanto, susceptibles de interpretación con respecto a su verdadero comportamiento.
Las mujeres de la novela merecieron atención específica. Para constatar determinados valores sociológicos (reprobables, sin duda) propios de la época. También para evidenciar algunas incoherencias de conducta, más por condicionamientos ajenos que por convencimiento propio.
Mosaico de personajes que, sumado al clima reproducido de aquel momento histórico, apunta a un desgraciado paralelismo sociopolítico con la situación por la que atraviesa el país en la actualidad.
Por último, el final de carpetazo (frecuente, por otra parte, en la obra de este autor) nos deja la duda sobre el dinero que se pretendía con la venta del cuadro del sótano: ¿era para financiar a sus propietarios la huida de España o a José Antonio la compra de armas? Habrá que preguntar al sargento Bevilacqua y a la guardia Chamorro, nuestra próxima parada en el Club de Lectura.
Fdo.: Ricardo Santofimia Muñoz.
En el Blog, podrás publicar tu comentario
Reseña de la sesión dedicada a AFTER DARK, de Haruki Murakami
Nada es lo que parece o sí. Esta podría ser la conclusión más generalizada de los asistentes. Pero, ojo, no en función de dos grupos antagónicos que argumentan u opinan desde posiciones opuestas, sino en cuanto todos consideramos a la novela susceptible de interpretaciones diversas y hasta contradictorias pero igualmente válidas. Casi como la cuadratura del círculo: dos opiniones distintas y enfrentadas que, sin embargo, superpuestas una a la otra, dan una resultante común perfectamente asumible.
Sirva lo anterior para intentar reflejar hasta qué punto la novela transmite un mensaje inquietante, que atrapa al lector desde el inicio mismo e, intrigado, lo lleva de la mano por un sendero que él deberá ir descubriendo y descifrando solo.
Desnuda soledad del lector, inhóspita soledad de los personajes, acechante soledad de la existencia. La soledad como eje temático de la novela y, en consecuencia, del debate entre los asistentes.
Mediante la técnica del narrador-testigo, el autor sitúa a los personajes en el submundo de la noche, jaspeado de fracasos y peligros. Se deduce Tokio
como escenario, pero bien podría ser cualquier otra gran ciudad, porque interesan más las connotaciones de indefensión en un medio tan vasto como desolador que el lugar específico.
También los personajes aparecen como asiáticos. Aunque, en realidad, se trata de una caracterización más bien superficial, porque lo verdaderamente atractivo se centra en el estado emocional de cada cual y la confluencia o empatía y desencuentros de sus sentimientos y concepción existencial.
Con todo ello, el narrador sumerge al lector (a los lectores asistentes a esta reunión) en una atmósfera brumosa, cargada de tensión ¾mediante la técnica narrativa de cambios bruscos de escenario, y frases cortas y sugerentes tanto en las descripciones como en el diálogo de los personajes.
Habría que añadir que el autor elude conscientemente el clásico hilo narrativo de presentación, nudo y desenlace. Apenas hay un comienzo explícito, y, sobre todo, no hay final alguno, que queda abierto a la interpretación del lector, aunque apuntando al suspense de un futuro incierto.
En algo sí es un clásico la novela: en la universalidad de los temas tratados (la soledad del ser humano como principal rasgo vertebrador) y de los personajes que en ella se mueven (cabría referirlos a cualquier época). Así que, corrijamos, tachemos ese “en algo” con que comienza esta párrafo final y sustituyámoslo por un “en todo” con mayúsculas.
Fdo.: Ricardo Santofimia Muñoz.
Dos reseñas sobre la lectura de "El lector de Julio Verne"
Almudena Grandes nos narra coon fluidez y belleza los horrores de postguerra bajo la mirada de un niño de 9 años. La guerra ha terminado, pero sus consecuencias
siguen manifestándose en algunos lugares de España.
Nosotros vamos a centrarnos en Fuensanta de Martos, pueblo de la Sierra sur de Jaén, donde se desarrolla la temática de "El lector de Julio Verne".
La narracion es muy viva y absorbente, sobre todo a partir de la segunda parte. El protagonista, Nino un niño de nueve años, que junto a sus padres y dos hermanas vive en la casa
cuartel de la guardia civil. Entre los años 47 y 49 van a ocurrir una serie de acontecimientos, que van a marcar y cambiar la vida de Nino, imprimiéndole una madurez impropia de su
edad. El padre no quiere que su hijo siga sus pasos y le envía para que aprenda mecanografía, pues piensa que su hijo no da la talla para ingresar en el cuerpo.
Varios personajes van a influir y van a entrar a formar parte de la vida del niño. Pepe "El portugués" es un forastero, aventurero misterioso , que conoce a Nino y le enseña muchas cosas. El chico ve en él un amigo y un modelo en el que le gustaría convertirse, cuando fuera mayor. Pasan tardes en el río conversando y aprendiendo. Pepe le conduce hasta Doña Elena, maestra republicana, junto a ella, descubrirá un mundo nuevo. Doña Elena le va a introducir en el mundo de la lectura, le presta muchos libros de aventuras, entre ellos, los que más le impactan son los de Julio Verne.
En el Blog, podrás publicar tu comentario