CRÓNICAS DEL VIAJE A BULGARIA

 

Día 5 de Abril, salida.

Teníamos en la cabeza las reuniones y trámites previos al viaje y, necesariamente, estaban también los nombres de la lista provisional más abultada que la definitiva: echamos en falta nombres y caras muy estimadas y reconocidas que tenían que estar en al grupo para disfrutar de las buenas vibraciones de la excursión. En esta vida parece que todo no puede estar completo, pero estas personas que han quedado atrás estarán con nosotros en el pensamiento y en el corazón, acompañando al grupo a lo largo del recorrido.


Respecto al viaje en sí, todo coincidió con una puntualidad exquisita y un ritmo fantástico. De modo muy resumido podemos dejar constancia de un viaje magnífico, con su parada reglamentaria de descanso en la mitad del camino y llegada puntual al Hotel Avant de Torrejon de Ardoz, tal y como estaba previsto. Lo cierto es que algunas personas llegamos a pensar por el camino que podría haber alguna molestia por la noche por el tránsito de aviones en las proximidades, pero por fortuna no hubo nada de eso, sino una noche tranquila y un sueño reparador, aunque alguien se quejó a la mañana siguiente de haber pasado calor. Nada es perfecto, decimos.

 

Llegados al Hotel, se hizo con orden y facilidad la distribución de habitaciones y en unos minutos pasamos a la cena, que fue suficiente y exquisita.  Antes de irnos a dormir, y previendo la madrugada y el consumo de tiempo a la salida, preferimos abonar la factura por la noche y nos fuimos a dormir y disfrutar de un sueño reparador para estar en forma al día siguiente.

Dami y Jesús

 

 

Día 6 de Abril, camino de Sofia

A la hora convenida de la mañana, desayuno y salida para el aeropuerto. Allí nos recibió nuestro guía Paco Arenillas. Todo estuvo coordinado con puntualidad y sin sobresaltos. Fue fácil la facturación de equipajes y muy puntual la salida del vuelo. Así que todos satisfechos y contentos con el desarrollo de la primera fase del viaje, camino de Sofia. Todo correcto y sin incidentes.


 A la llegada al aeropuerto de destino, estaban allí nuestros dos guías búlgaros, Dimiter y Moni, y nos dirigimos al Hotel Buda Pest, situado en la zona centro de la ciudad. Con orden y acierto se hizo la entrega de llaves de las habitaciones y ocupamos la habitación correspondiente. Sin más halaracas el Hotel correcto y con buena acogida desde el principio, con una copita en la mano, llena de un refresco autóctono especial. Gracias. Nos refrescamos un poco y quedamos citados unos minutos después en una sala de recepción del Hotel y allí nuestros guías nos dieron oficialmente la bienvenida y nos presentaron una idea general del programa previsto a desarrollar en días sucesivos. No había prevista oficialmente comida ese día y por tanto cada cual resolvió el tema a su modo. La tarde era libre para un reconocimiento previo de la ciudad, pero de modo informal nos acompañaron los tres guías que tenemos con nosotros.


La tarde estaba más calurosa de lo esperado, y bien entrada la tarde, cuando andábamos catando terrazas, se formó una sonora tormenta que nos hizo refugiar en sitio cubierto, hasta llegar al restorante Hadjidraganov,s Houses, justo el sitio donde perdió el carro Manolo Escobar, pues estaba allí encima de la puerta, luciendo luminoso. Sitio típico, bien servido y !oh satisfacción y sorpresa! estuvo fantásticamente amenizado por un terceto musical de flauta, teclado y bombo y unas voces muy agradables y, sobre todo, llenas de encanto popular y alegría contagiosa. 

Pero la sorpresa no terminó ahí: tras el primer plato a base de ensalada mixta con productos de la huerta, apareció la camarera cargada de.... !dos huevos sorpresa gigantes! Que depósito sobre una mesa y ante nosotros vertió un líquido -alcohol, entiendo-  sobre los huevos de barro. A modo de quemada y tras la operación, martillo en mano, se rompió la cascara y , !oh sorpresa nuevamente!  Apareció el plato fantasma: "pollo al huevo". Todos sorprendidos, y las señoras especialmente tomaron buena nota de lo que allí había. Como era de esperar, el pollo al huevo se sirvió a las mesas de comensales, en tanto el grupo musical amenizaba el encuentro. Fue una delicia para el grupo por el sabor, la sorpresa y el entorno. Lo recordaremos por mucho tiempo.


Y de vuelta s nuestro Hotel para descansar y estar en forma para la mañana siguiente. La intención fue buena, pero por la mañana alguien se quejaba de haber dormido mal o regular a causa del calor que había pasado.  Esas son cosas menores que ocurren en la vida, con efectos de muy escasa importancia. Lo básico, lo cierto y fundamental es que ese primer día de la Tribu Educa en Sofia, capital de Bulgaria, fue magnífico, como queda reflejado, sin haber entrado aún en el meollo de conocimiento más profundo y dedicado, tarea que queda fijada y prevista para iniciar al día siguiente.  !Suerte, amigos. Buena estancia os deseo en Bulgaria!

 

Dami y Jesús

Día 7 de Abril

Nuestro itinerario para el día 7 era Sofia–Boyana– Chiflik.

El despertador sonó bien temprano pues teníamos el desayuno a las 7 de la mañana y las maletas debían estar en el Bus a las 8:15.

Nuestras maletas estaban contentas. ¡No se iban a separar de sus dueños y dueñas en todo el viaje!. Ni de Velin nuestro conductor.

El día era maravilloso. No llovía aunque el día anterior por la tarde cayó una tormenta espléndida que nos impidió a muchos de nosotros el disfrutar en toda su amplitud de la preciosa zona peatonal de Sofía.

Empezamos haciendo una visita guiada por el centro histórico de la ciudad, con nuestros guías, Paco como coordinador y Dimiter y Moni, diminutivo de (Simeón) que amablemente explicaban y contestaban nuestras preguntas.

Durante el paseo por el centro pudimos contemplar y admirar como Sofia es una ciudad bella, llena de historia:

- El Mercado sito en un edificio del siglo XIX.

- La Sinagoga, y mientras esperamos entrar en la misma, la tercera más grande de Europa, Dimiter nos cuenta parte de la historia de Bulgaria.

- La Facultad de Teología, el Museo, el Teatro, el Palacio Real, el Palacio de Justicia, el Parlamento, la Universidad, así como Baños Termales - Minerales y unos jardines preciosos en algunos de los cuales la flores componian el mosaico de colores de la bandera de Bulgaria: Rojo, blanco y verde.

Durante el recorrido tuvimos la suerte de presenciar en el Palacio de la Presidencia el cambio de guardia con gran solemnidad y al que nuestras cámaras grabaron rápidamente (en especial para enseñar a los nietos). Al tiempo que más de uno del grupo aprovechaba para hacerse una foto con los guardias de la puerta.

Interesa destacar:

La iglesia de Santa Sofía, la más antigua de la capital búlgara, y que da nombre a la ciudad. Dimiter se encargó de especificarnos que el nombre de “Sophia”, proveniente del griego, se articula verbalmente de forma lineal, sin acento, para diferenciarlo del nombre femenino de Sofía, con acento, que significa Sabiduría.

 

Durante el largo período de dominación otomana se colocaron dos minaretes y se empleó como mezquita, hasta que en el siglo XIX un terremoto derribó una de aquellas torres y fue abandonado su uso como centro de culto islámico.

A partir de 1900 comenzaron las obras de restauración de esta iglesia de rito ortodoxo tan importante para la nueva Bulgaria que se acababa de independizar.

Nos llamó mucho la atención que las iglesias tengan su campana fuera del edificio.


La rotonda de San Jorge, El monumento arquitectónico más antiguo y mejor conservado de la época romana de Sofia es la Iglesia-Rotonda "San George" de Sofia. Fue construida a principios del siglo IV, durante el reinado del emperador romano Constantino el Grande y el florecimiento de la antigua ciudad de Serdika (el antiguo nombre de Sofia). El templo está situado en el patio interno de la Presidencia, a pocos metros de las ruinas de la antigua fortaleza de Serdika.

Originalmente, el edificio se utilizó para fines públicos. Tras el reconocimiento del cristianismo como la religión permitida en el Imperio Romano, la Rotonda se convirtió en un baptisterio.

En la época del emperador Justiniano el Grande (que reinó entre 527-565) la Rotonda se transformó en iglesia. En aquel entonces se efectuaron las primeras pinturas. Se cree que desde entonces la iglesia lleva el nombre de San Jorge Mártir.
Durante el dominio otomano, coincidente con el reinado del sultán Selim I (gobernó entre 1512-1520), la Rotonda "San George" se convirtió en una mezquita llamada Gyul-Dzhamasi. Los frescos cristianos fueron arrasados con yeso blanco y en su lugar se pintaron motivos florales.

Después de la Liberación (1878) la Rotonda se quedó desierta, y tras la muerte del príncipe Alexander Battenberg (que reinó entre 1879-1886) se convirtió en un mausoleo temporal.

Pasamos por la mezquita Banya Bashi Djami, cuya construcción finalizó en el año 1576 durante la ocupación otomana de Bulgaria.

Cuando nos dirigíamos a la Catedral de San Alejandro Nevski, nos encontramos con una manifestación de pequeños productores de aguardiente y, detrás de ella, con unas personas disfrazadas y portadoras de cencerros y con mucha algarabía (nos explicaron que es un rito para espantar a los espíritus). Suponemos que ellos querían espantar a los políticos.

La Catedral, se nos presenta magnífica a nuestros ojos. Es una obra en honor a los rusos caídos por la liberación de Bulgaria del Imperio turco entre 1877 y 1878.

Sirve a su vez como sede del  Patriarcado de Bulgaria. Es una de las mayores catedrales cristianas ortodoxas del mundo, reconocida por su arquitectura, frescos y dimensiones. También ha sido testigo de las dos guerras mundiales durante las que quedó casi destruida.

Después de esta mañana tan interesante visitando Sofia, ya cansados de andar pero no de ver, nos dirigimos al Restaurante “Taberna Moma”, donde pudimos degustar la cocina búlgara y sus verduras, y compartir la alegría del acontecimiento y noticia de que Mariana y Enrique habían sido abuelos de un precioso niño.

Tras el almuerzo nos trasladamos en bus (con lluvia) a los alrededores del Monte Vitosha, al barrio de Boyana, donde se encuentra la iglesia homónima proclamada Patrimonio de la Humanidad.

La visita a esta iglesia la tuvimos que realizar en tres turnos por su pequeño tamaño y para evitar daños en las pinturas. Dimiter nos explica que se trata de una iglesia ortodoxa búlgara medieval, célebre por sus frescos, realizados en el siglo XIII sobre otros más antiguos. El monumento fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.

Después, nos trasladamos a la ciudad de Chiflik conocida con sus aguas termales y piscinas al aire libre, y con lluvia durante el camino sinuoso entre las montañas.

Llegamos al Hotel Diva, precioso, pero con el inconveniente de que tenía tres plantas sin ascensor. No obstante se solucionó el problema, pues nuestros tres guías, el amable conductor Velin y alguno más, nos ayudaron a subir las maletas. Ya instalados y sin lluvia, unos se fueron a la piscina, otros a pasear gozando de los bosques del valle y algunos a tomarse un refrigerio (una cerveza de medio litro).

Cenamos y a la cama para mañana seguir con nuestra andadura.

Pero, cada vez que nombremos esta ciudad diremos SOFIA, (sin acento) que significa SABIDURIA.

 

Valle, Marisol, Enrique y Quety

Día 8 de Abril

MONASTERIO DE TRON - ORESHAK (MUSEO ARTESANÍA) - VELIKO TARNOVO

(113 km, 1h. 36 min.)


Los encargados de la crónica del día:

Griselda Paños

Colette Laigle

José Antonio Ruiz


Tras un generoso desayuno abandonamos el hotel de Chiflik rumbo al Monasterio de Troyan construido a finales del siglo XVII en la falda norte de los Balcanes Centrales. A la entrada del monasterio nos recibe un relieve con el busto de Vasil Levski, que según nuestro guía Dimiter, es el héroe nacional y apóstol de la libertad que encontró refugio y apoyo en el monasterio a finales del siglo XIX, durante las luchas emancipadoras de los búlgaros contra el imperio otomano.

El patio del monasterio es de planta irregular y está rodeado por una nave corrida de tres plantas, cubierta con gruesas pizarras y abierta al interior del recinto por medio de galerías porticadas desde las que se accedía a las celdas de los en otro tiempo numerosos monjes. Estas galerías sujetas por soportales de madera nos recordaron a los de algunas plazas castellanas o los que conforman el patio central de nuestra Posada de la Plaza del Potro. En el centro del patio, se encuentra la iglesia de la Asunción de la Virgen, el monumento más importante del conjunto.

 

Nuestro guía Dimiter, antes de comenzar con la explicación de la iglesia, nos propone vivir la experiencia de asistir a una misa ortodoxa que acaba de comenzar en una capilla auxiliar del monasterio. Tras asistir con respeto y curiosidad a unos ritos litúrgicos que nos resultan sorprendentemente extraños en una religión tan cercana a la católica por su doctrina teológica y devoción popular, bajamos al patio central para comenzar la visita de la iglesia.

 

Como todas las iglesias ortodoxas, el templo está decorado tanto en el exterior como en su interior con frescos que constituyen todo un programa iconográfico que nos explicó magníficamente nuestro guía. El autor de las pinturas es el conocido artista Zajari Zograf que también decoró otros famosos monasterios búlgaros. Los temas de las pinturas son los habituales en las iglesias ortodoxas: algunas escenas bíblicas, vidas de santos, la rueda de la vida, el juicio final, etc. La decoración del interior fue reforzada por el iconostasio ricamente tallado de ornamentación floral, de uva, vid, y algunas aves. En la iglesia se venera el icono milagroso de la Virgen de las Tres Manos que, según la leyenda trajo del monte Athos un monje rumano.

 

Tras la visita del Monasterio nos dirigimos a la cercana localidad de Oreshak donde se encuentra el museo de artesanía más grande y rico del país. Tras visitar los diferentes pabellones dedicados a trajes, alfombras, tallas de madera y cerámica, nos detuvimos sobre todo en el último de ellos, dedicado a la venta de productos de artesanía. Había motivos para ello, pues la cerámica de Troyan, donde se halla ubicada la Escuela Nacional de Artes Aplicadas, es la más famosa del país y se puede encontrar muchas en todas las tiendas turísticas de Bulgaria. Se trata de una cerámica muy vistosa decorada con motivos geométricos donde predominan el verde, el azul, distintos matices del amarillo y el marrón. El elemento común a todos ellos, sin embargo, es la presencia de la “lágrima” como elemento ornamental que los singulariza.

Concluida la visita del museo, con las bolsas bien colmadas de regalos, nos dirigimos a la Taberna Kaizer donde nos recibe una simpática joven ataviada con el traje típico de la zona que nos sorprende a la puerta del restaurante con un curioso recibimiento tradicional: nos ofrece una especie de pan que tras pellizcar y mojar en unas especies nos llevamos a la boca.

La comida muy buena. De primero, ¡cómo no!, una ensalada con yogurt: un plato que ya en este tercer día de estancia en el país nos resulta muy “familiar”.

Recuperadas las fuerzas con la excelente comida y con una pequeña siesta reparadora en el autobús, llegamos a nuestro próximo destino: Veliko Tarnovo. El autobús no puede llevarnos hasta el hotel y nos deja cerca de un antiguo puente peatonal, mientras empleados del hotel se encargan de trasladar nuestros equipajes en furgoneta. Desde el puente la vista de la ciudad es espectacular. Los móviles y cámaras de fotos no descansan y compiten por encontrar un detalle singular, el ángulo perfecto, la luz más radiante, el color más bello. El panorama que se nos ofrece se presta a ello. En ese lugar, el río Yentra forma un profundo …… en cuyas escarpadas laderas cuelgan las casas de la antigua capital de Bulgaria. Entre ellas se encuentra nuestro hotel. A todos nos recuerda a Cuenca y sus casas colgantes. El paraje también tiene parecido con Toledo, ciudad con la que Veliko Tarnovo está hermanada, no sólo por el parecido natural, sino también por haber sido las dos capitales de sus respectivos países en la Edad Media.

Tras instalarnos en el hotel, magníficamente situado en el centro del anfiteatro que forma la curva del río, nuestros guías nos proponen un paseo por la calle de los artesanos en la ciudad medieval que se encuentra en la parte alta de la colina. Nos ofrecen dos opciones para llegar: una fácil más larga; otra corta, pero empinada y llena de escalones. Naturalmente, todos elegimos la segunda. Algunos llegamos arriba con la lengua afuera, pero contentos de haberlo podido hacer.

Tiempo libre para pasear por las calles empedradas a la antigua y repletas de tiendas y talleres de artesanía. En unos se tallaba la madera, en otros se trabajaba el cuero, alguno realizaba de modo artesanal curiosos fideos para los restaurantes… y todos vendían recuerdos del país para los turistas.

 

Tras el agradable paseo por las calles medievales y la refrescante cerveza en el punto de encuentro, vuelta al hotel donde nos esperaba nuestra inseparable ensalada. Un día intenso pero lleno de interesantes actividades que empezaban a descubrirnos un país con una larga historia y una rica cultura, que a pesar de haber sufrido durante siglos la dominación de otros pueblos, ha sabido luchar por su independencia y se siente orgulloso de su país.

Día 9 de Abril

VELIKO TARNOVO – ARBANASI – TRYAVNA

Eufóricas aves exultantes de vida, desgranan sus trinos entre la enramada de la ribera del Yantra para despertarnos de nuestros agradables sueños.
Ruiseñores, malvises, alondras petirrojos, aves todas, saludan la llegada de la aurora, de la primavera.

Los espíritus de los guerreros del pasado, cabalgan sobre corceles de niebla, vigilando los roquedos del valle ante la presencia de posibles enemigos.

Al fondo de los taludes, el perezoso río,  serpentea incansable sorteando los suaves meandros en busca del mar. En sus verdosas aguas se reflejan los chopos, álamos sauces, olmos, juncos. La misma ciudad se asoma para mirarse y contemplar el discurrir del orgulloso río.

Veliko Tarnovo, ciudad de yeso y madera, de empinadas cuestas enlosadas de piedra, que recuerda nuestra Cuenca española del Júcar y Huécar, tan parecida y tan diferente, querida tierra de mi infancia y juventud.

Abandonamos los dominios de la Boyarda tras el desayuno. Instalados en el bus impecablemente conducido por Velin, bordeamos un frondoso parque en cuyo centro se erige el monumento a la Madre Bulgaria.

Recorremos la espina dorsal de la ciudad.A los pies de la fortaleza de Tsarevets, Moni nos alecciona sobre detalles históricos del Monumento.
Su compañero Dimiter completa con otros anecdóticos de la fortaleza, la historia de su construcción, conservación, tamaño, importancia estratégica, abrazada por el meandro del Yantra...

Está emplazada sobre una colina rocosa. Este lugar estratégico ha permanecido ocupado casi continuamente de desde el siglo cuarto a. C.
Emprendemos la ascensión, cada uno según sus fuerzas, unos por escaleras otros por la rampas. Nadie quiere dejarse nada sin ver y los teléfonos echan humo ante el paisaje que se divisa desde esa altura y las bellezas que hay en el monumento.

Tomamos la carretera de Arbanasi, hermoso pueblo, situado sobre una meseta caliza con vistas al lugar de procedencia.
Visita obligada es la iglesia de la Natividad.  Su sencillo exterior del
Siglo XVII oculta un fantástico interior: los muros y el techo abovedado están cubiertos por valiosos murales de santos y escenas bíblicas.
Comida y descanso en la taberna Izvora.

Tras reponer las mermadas fuerzas visitamos, en las proximidades la Casa Konstantsliev, construida en el siglo XVII. Los sólidos cimientos de piedra soportan el piso superior de madera, que alberga habitaciones decoradas con muebles de época.

A finales del día nos trasladamos a Tryavna, para alojarnos en el hotel Kalina Palace, dónde el eficacísimo Paco pondrá su natural encanto en la asignación de habitaciones.

Nos conduce hasta él una sinuosa carretera  flanqueada de floridos cerezos blancos, recios  nogales negruzcos, membrilleros con rosadas hojas como pequeñas mariposas entre las sedosas hojas, ciruelos en flor, oscuros olmos desnudos...

Pequeñas viviendas modestas flanquean nuestra ruta. Están adornadas de coloridos jardines repletos de tulipanes, jacintos, lirios, gladiolos y olorosas lilas blancas y azules.

Para completar el día, paseo por la ciudad, cena en el hotel, tertulia, copita ...
Hace unos días, nuestros compañeros de crónica Mariana y Enrique han tenido la fortuna de aumentar su familia con el nacimiento de un nuevo nieto. Los otros miembros de la redacción de la presente les damos un cariñosísimo abrazo.

 

Tryavna, 9/4/16
Lola Laguna, Mariana, Enrique y Labán.

Día 10 de Abril

TRYAVNA – BOZHENTSI – COLLADO SHIPKA – VALLE DE LOS REYES TRACIOS – KAZANLAK

Comenzamos el día con una visita guiada por el centro histórico de TRYAVNA, destacando su Plaza principal, la Torre del reloj y una de las primeras escuelas búlgaras, entramos por un patio y subimos a las dependencias donde había un aula y nos explicaron cómo se daban las clases, a continuación vimos una exposición de relojes y otra de pintura.

Seguimos el paseo hasta el pueblo-reserva arquitectónica de BOZHENTSI

Con casas antiguas que datan del s XVIII –XIX-

Comimos en una taberna.

Por la tarde había proyecto de subir al puerto de montaña de SHIPKA y subir los “mil escalones” pero nada de eso se pudo hacer porque estuvo lloviendo todo el día.

Al volver fuimos al pueblo de SHIPKA donde nos encontramos una iglesia de estilo ruso impresionante, se estaba realizando un Oficio y estuvimos un rato dentro, a la vuelta pasamos por el Valle de los Reyes también Valle de las Rosas, donde visitamos el museo y se hicieron algunas compras.

De camino también vimos algunos “túmulos”.

Nos trasladamos a KAZANLAK donde cenamos y nos alojamos en el hotel.

El día en general estuvo muy bien pero “pasado por Agua “

Mª Carmen Romero y Mª Carmen Rocha.

 

 

Día 11 de Abril.

KAZANLAK – PLÓVDIV

Amanecimos en Kazanlak, ciudad situada en el Valle de las rosas, también conocido como valle de los Reyes Tracios. Fue la principal productora de los famosos "kalasnikof" en la época comunista. Hoy día es una ciudad decadente debido a la emigración de los jóvenes después del cierre  de las fábricas.

Tras un copioso desayuno visitamos una réplica de un túmulo tracio en el centro de la ciudad. Muy interesante por lo diferente. A todos nos sonaba los tracios pero desconocíamos su importancia en la historia de Bulgaria.

Fuimos al Museo de las rosas. Fotos y utensilios del cultivo de estas flores,  fiestas y producción de su aceite.

Cantamos el Cumpleaños feliz de nuestro compañero Labán con regalito y tapa de jamón y queso para celebrarlo.

Visita a una bodega, donde una bella etnóloga pelirroja, Helena, nos explicó el proceso de elaboración de sus caldos. Comida y degustación de algunos de sus vinos.

En el camino a Plovdiv pasamos por un almacén de coches de segunda mano y Dimiter nos explicó lo difícil que es comprar un coche nuevo aquí, por lo que la mayoría de la gente compra este tipo de coches venidos de otros países de Europa. 

 
El viaje fue amenizado con la información cultural de Dimiter y la gracia gaditana de Paco ¡con el que no paramos de reír!

Atravesamos el río Maritza que es el más caudaloso de Bulgaria y llega hasta Turquía. 
En cuanto terminamos de alojarnos en el hotel nos fuimos a descubrir la parte baja de la ciudad, puesto que la parte alta la íbamos a visitar a la mañana siguiente. Pudimos ver algunas ruinas  como el estadio romano y una mezquita. Después nos juntamos a pelotón comprando productos de la rosa búlgara. Las calles estaban desiertas bajo la lluvia, y algunas de nosotras degustamos una exquisita taza de chocolate búlgaro adornado con una rosa.

 


La cena al lado del hotel y ¡sorpresa! de primero ensalada.
Lourdes, Pilar, Tanty y Aurora

Día 12 de Abril

 

Plovdiv-Monasterio de Bachkovo- Borovets.

 

 

Bien desayunados ante un buffete copioso abandonamos el, para mí, mejor hotel del viaje, el Trimontium.

 

El día es espléndido, después del anterior lluvioso. El autobús nos llevará por un precioso paisaje boscoso, pues seguimos en los Balcanes, hasta el monasterio de Bachkovo, el segundo en importancia de Bulgaria. En la iglesia hay un icono muy venerado por su leyenda, de la Virgen y El Niño. Pero la estancia más notable es su Refectorio (s XVII) por sus magníficos frescos, donde además de un Juicio Final, aparecen filósofos como Aristóteles, Diógenes o Sófocles.

 

Volvemos de nuevo a la ciudad, Plovdiv, para visitar su parte alta, a través de empinadas calles con un empedrado endiablado. ¡Qué bonito es este barrio viejo! Casas de finales del s XIX magníficamente restauradas con fachadas en colores vivos y motivos florales.

 

Seguimos ascendiendo hasta coronarlo y desde allí se divisa una bonita panorámica de la ciudad con sus 6 "culinas" (colinas), como dice nuestro eficiente Dimiter.

 

Visitamos el Museo Etnográfico ubicado en una lujosa casa que sigue la estructura típica de estas ricas viviendas: un salón oval, alrededor del cual se ordenan las habitaciones. El museo posee piezas muy interesantes.

 

Ya es la hora de comer y lo haremos en la agradable terraza de la Taberna Paldin. El día sigue siendo bueno, incluso caluroso, por lo que hay que intentar sentarse bajo la sombra de los toldos. ¡Hoy no hay ensalada! Tomamos un insulsa sopa fría de pepino, una especie de lasaña bastante exitosa y unos extraños churros calados.

 

Muy próxima a la taberna está la casa-museo de Lamartine con una placa en su fachada que se instaló con motivo de la visita de Mitterrand y que Colette nos traduce.

 

Zigzagueando llegamos a un monumento sorprendente: el Teatro Romano, construido por Marco Aurelio en el s II con capacidad para 3000 espectadores y graderío de mármol.

 

Descendemos con la misma dificultad que hemos ascendido hasta el bus, que nos llevará durante hora y media por un exultante paisaje, pero pasando una vez más por pueblos de aspecto muy deprimido.

 

Nuestra última parada será cerca de Borovets, en una moderna estación de esquí en la Alta Tracia, que aunque la temporada ya ha terminado, nos han habilitado uno de sus bloques de apartahotel para alojarnos. El paisaje es muy bello y en pleno invierno lo será más por la combinación de los pinos con la nieve.

 

La cena es bastante rutinaria: la consabida ensalada con abundante lechuga, con la solitaria aceituna y los consabidos trozos de pepino y rabanillo (el huevo duro hace días que se ha ausentado). Las costillas a la miel bastantes aceptables, de segundo plato.

 

Y así termina este día, quizá uno de los más interesantes del viaje.

 

 

 

Gloria Álvarez de Cienfuegos.

13 DE ABRIL: VISITA AL MONASTERIO DE RILA

 

 

(Mar, Félix, Teresa y Encarna)

 

 

Salimos del hotel Euphoria en Bórovets, lugar frecuentado por montañeros y aficionados al esquí, con destino al Monasterio de Rila que dista dos horas por carretera.

 

Comenzamos el viaje riendo en el autocar con los pareados de Paco, inspiradísimos, a Moni, Tanti, Teresa, Enrique, Mariana... Enseguida entramos en una carretera de montaña, con impresionantes vistas de sus cimas nevadas al fondo.

 

En el trayecto pasamos por la ciudad de Samokov en la que convivían las tres religiones en la época otomana, donde se fabricaban los trajes militares y existían grandes fábricas de hierro; en la actualidad es un considerado productor de patatas. A la gente que vive en ella se les llama “patata” y se hacen chistes sobre su vagancia, esto da paso a otros momentos de risas.

 

El paisaje es precioso, la carretera larga y sinuosa dejaba ver entre bosques majestuosos las cumbres más altas coronadas de nieve. Pasamos por pueblos con aguas termales, y pudimos contemplar el pico Musala, el más alto de la península balcánica. En uno de estos pueblos hay tantos géiseres que la calefacción de las casas es por medio de agua caliente. También nos señaló Demeter la fábrica Actavis, centro farmacéutico donde se procesan gran cantidad de plantas medicinales.

 

Cerca de la frontera con Serbia encontramos un pueblo con la mayor concentración de cigüeñas de Bulgaria. Nos llamó la atención la gran cantidad de emparrados, no sólo en cada casa, sino también sobre las aceras.


En la subida nos acompaña el rio Rila, con impresionantes desfiladeros y valles donde se produce miel, por sus abundantes panales.

 

Cerca ya del Monasterio, Moni nos va contando la historia de San Juan de Rila: nació en Scrino en el siglo IX, hijo de campesinos. Fue pastor, y no aceptando las pocas pertenencias de sus padres, abandonó su pueblo para vivir solo en una cueva en los alrededores de la montaña Rila, buscando la soledad para dedicarse a la oración.

 

Tras su muerte, se cuenta que se apareció en los sueños de sus seguidores a los que les dice que lleven sus restos a Sérdica, antiguo nombre de Sofia; sin embargo, los húngaros llevaron sus restos a Estergón ciudad de ellos. A poco, un obispo incrédulo de su fama perdió la voz al preguntar quién era esa persona; más adelante San Juan de Rila hizo un milagro por el cual recuperó la voz. Ante esto, los húngaros devolvieron sus restos a Bulgaria.

 

El autobús nos deja en la falda de un escarpado bosque de hayas. Desde allí iniciamos nuestro ascenso a pie, algunos ayudados de bastones incluso improvisados con bastas ramas de árboles. Ascenso fácil que a algunos les costó más esfuerzo, pero todos llegamos a la ermita. Visitamos la cueva donde vivió, en la que sólo se percibía una oquedad totalmente oscura y junto a ella la capilla, un recinto pequeño donde está su tumba, humilde, sin revestimientos de ostentación, sólo una losa de mármol cubría el modesto receptáculo.

 

Ascendiendo un poco se ha construido una pequeña y rústica fuente de la que emana agua fresca y donde hemos llenado nuestras botellas. En la piedra que la rodea se incrustan numerosos papelitos blancos, donde los visitantes piden deseos escritos.

 

En este punto, por fin se aclarararon las opciones de bajada: unos volvieron por el mismo camino de ascenso, otros eligieron bajar por un camino más largo y continuar así disfrutando del maravilloso bosque, hasta encontrarse con los primeros, donde nos recogería el autobús para llegar al Monasterio, era éste un prado muy apetecible para hacer un descanso que amenizamos con un pequeño picnic mientras unas vacas ignoraban nuestro interés en las vicisitudes de una ternero recién nacido.

 

MONASTERIO DE RILA

 

Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde el año 1983. Es el mayor y más renombrado de todos los monasterios búlgaros y se trata, sin lugar a dudas, del lugar más emblemático de Bulgaria, por lo que su visita es ciertamente obligada.

 

Está situado a 1.150 metros de altura, aislado en un estrecho valle y rodeado de montañas boscosas. El monasterio fue fundado en el siglo X por Iván Rilski (posteriormente fue santo de la Iglesia cristiana ortodoxa), a sólo 3 km del solitario lugar donde vivía. La mayoría de sus edificios fueron construidos en los siglos XIII y XIV, hasta llegar a ser un poderoso centro feudal. Tras saqueos, incendios y el abandono durante el dominio otomano, a principios del s. XIX el monasterio resurgió en todo su esplendor. Tiene una estructura circular, con dos entradas: la puerta de Dupnitsa al oeste y la puerta de Samokov al este.

 

Cuenta con una plaza central empedrada donde están la Torre de Hrelyu (la única parte que queda de lo construido siete siglos atrás), hecha de piedra y con una altura de 23 metros, y la espectacular y maravillosa Iglesia de la Natividad, con tres grandes cúpulas. Esta iglesia alberga un sofisticado iconostasio, creado por artistas de la región de Pirin, y en sus paredes exteriores encontramos algunas de las pinturas más bonitas de la tradición cristiana oriental obra de Zahari Zograf, el cual nació en 1810 en Samokov.

 

Alrededor de la plaza se encuentran los edificios que albergan la zona residencial del monasterio, con celdas para los monjes y huéspedes. Cuatro capillas, un museo que conserva tesoros del arte sacro búlgaro, donde lo más destacado es la Cruz de Rila realizada en madera de boj con miniaturas en relieve de escenas bíblicas que un monje talló durante doce años.

 

Después de visitar el monasterio hemos comido en el restaurante Gorski junto al rio en la terraza. Buena la sopa y la trucha pero las cuatro delgadísimas rodajas de manzana que nos sirvieron de postre no hacen mérito al lugar. Acabada la comida tomamos el camino hacía Sofia.

 

Llegamos al hotel apenas sin tiempo para descansar o hacer las últimas compras antes de la cena en el restaurante Shatastlietse, un lugar muy concurrido donde nos sirven una cena muy bien presentada aunque demasiado abundante. Al final hubo un momento para intercambiar impresiones sobre el viaje, habló primero Jose Antonio quien agradeció a los participantes y a los guías el buen ánimo del grupo. Otros participantes tomaron la palabra en el mismo sentido, Teresa dedicó unas palabras a Paco, Demeter y Moni quien quedará entre nosotros como el muchacho de ojos de aceituna.

 

Finalmente volvemos al hotel, algunos en taxi y otros paseando mientras ojeamos en los bares para ver el resultado del partido entre el Barça y el Atleti con contento para los aficionados de este último. En fin, mañana será un día duro, hay que partir a las 4 de la madrugada hacia el aeropuerto y dejaremos atrás este hermoso país que quedará para siempre en nuestro recuerdo y recomendaremos como lugar de destino para las vacaciones a nuestros conocidos.

 

 

 

 

Día 14 de Abril

3,30 h, despertador del hotel y despertador del teléfono, pero si todavía no nos hemos quedado dormidos!

Pero el avión no espera y tenemos vuelo tempranito. Recogemos el desayuno tipo PICNIC y no hay tiempo para más. ¿Estamos todos? NOO, faltan dos ¿Quienes?,

Dami y Jesús, Paco sube y en 5 minutos están en el bus, perdón, perdón, falló el despertador, no pasa nada vamos bien de tiempo.

Luego ya sabemos, la rutina de los aeropuertos, las últimas compras, el cambio de levas a euros, que si yo no tengo ni para café, que a mí me han sobrado muchas, ¿Qué hago? Préstame para un botellín de agua. Al final salen las cuentas.

Y así con caras de cansancio, pero con espíritu joven, con nuevas experiencias, vivencias, conocimientos y montones de cosas que contar volvemos para España, creo que la experiencia como las veces anteriores, con este magnífico grupo, nuestra Tribu, ha sido excelente.

Vuelo sin incidencias, 4 horitas para descansar y dormir un poco, un refrigerio a bordo y perfectamente la llegada a Madrid.

La espera de la salidas de la maletas se aprovechó para despedidas de los que se quedaban en Madrid, una maleta llegó rota, claro demasiadas compras y maletas a tope de carga, un pelín más de espera para poner la incidencia en conocimiento de la compañía, pero nada más, nuestro conductor nos esperaba en la puerta de salida, todo perfecto, hacia Córdoba.

Con parada en Santa Cruz de Múdela, en la Abuela Cándida, algunos comimos Perdiz en escabeche y otros Huevos fritos con nuestro aceite de oliva, bueno, bueno y chorizo, menús apetecibles y que a veces hemos echado de menos.

Bueno pues llegamos a Córdoba, estupendamente conducidos por nuestro chofer Juan, al que algunos ya conocemos de otros viajes.

Creo que el viaje perfectamente organizado, como siempre, ha sido un éxito, el grupo compenetrado con las nuevas incorporaciones, ha funcionado a la perfección. Por nuestra parte muchas gracias a todas/os.

JUAN, LOURDES, MARIA LUISA Y ANTONIO

POESÍA MACARRÓNICA DE “ LA TRIBU BÚLGARA”

¡¡Resumimos!!

 

Ya el “Gran Paco” se libera

de este grupo preguntón.

Para Dimiter y Moni

llega la liberación.

¡Qué presión, qué examen diario!

Hasta Teología estudian para dar la explicación.

No os preocupéis chicos, lo habéis hecho genial.

Lo nuestro… es pura deformación profesional.

 

Nos recibe Sofia con el gran chaparrón,

y en el restaurante, la gran Teresa,

con su baile “molón”.

El búlgaro anonadado, le dedica una canción.

 

No sabíamos que nos esperaba en Veliko Tarnovo…

                ¡Una maratón de escalones!. Nada chicos y chicas,

¡ánimo!, es para quemar las calorías que vamos

acumulando, porque ¿no digáis que no comemos? (lechuga).

 

Los camareros son contundentes: ¡Sí! ¡No!

Y con los cambios ¡un follón!,

pero Griselda en Bozhentsi, sienta cátedra en la cuestión:

¡Alto ahí! Soy de matemáticas,

aquí faltan 3 levas, alguien no pagó.

 

¡El gran enigma! ¡los mil escalones!

¡qué preparación! Botas, palos… y la gran

desilusión, llueve y hay niebla,

no se ven los valles ¡algarate to el tinglao!

¿Pa esto lo he traio yo to?

 

Llegamos Monasterio de Skipka.

¡Oh maravilla!

mas dentro del Monasterio, la tímida Griselda,

tiene un dilema imposible,

pues quiere hacer una foto al que

juega al escondite. (Pope).

 

Comenzamos de nuevo en Kazanlak,

subiendo escaleras ¡cómo no! Y oliendo a rosas.

Entre valles y montañas y Laban el cumpleañero,

Quety y Valle nos deleitan con jamón del ¡bueno, bueno!.

 

Bebimos muy buenos caldos en Villa Justina,

mas a nuestro gran Paco “Elena lo encandila”.

La calma, la tranquilidad, la paciencia,

La conversación pausada… el puntito socarrón

Lo pone José Luis. Y …

Pepe que lo acompaña

ha rebautizado al leva:

Le puso “pichipirrín”.

 

Sentados en refectorio y rodeados de los Rodopes, (montes)

Todos muy “calladitos” y “haciendo fotos”,

Escuchamos a Dimiter dando sus explicaciones.

 

Plovdiv, ciudad encantadora, cultural, monumental,

original, diferente, y de guinda el restaurante,

nos da algo caliente, ¡Sopa! ¡Gazpacho! (Le digo yo).

 

En el esplendor de la hierba, de las llanuras de tracia,

Paco nos lee sus odas.¡Bravo gran Paco! ¡Las bordas!

 

Nos despierta la mañana con su fulgor mañanero,

camino a Rila pensamos, que se presenta un gran reto

¿subimos? Opción A? B? C? ¿o?

Todos la misma opción ¡¡subimos!!

Bebimos agua del Santo, hicimos la petición y…

el Santo condescendiente

nos concede lo pedido. ¡Albricias! ¡Aleluya!

Al llegar al restaurante se nos antoja, ¡cocido!

¡No! Sopa, (pero en calentito).

Quedan muy pocas horas,

para decirnos adiós.

Los que hayamos aprendido de túmulos, tracios,

boyardas, monasterios… quedan en nuestras neuronas.

Los momentos compartidos quedan en el corazón.

(Donde el virus y la vira no pudieron hacer el amor)

Gracias amigos todos, por la experiencia vivida.

En Adamuz nos tenéis.

Antonio y Mª Luisa